jueves, 28 de noviembre de 2013

¿Quién o qué soy yo?


Parece una pregunta fácil de responder pero quizás sea una de las preguntas más profundas y difíciles. Aunque creamos estar muy seguros de qué es lo que queremos en la vida nos cuesta mucho responderla. Esta ha sido una de las preguntas fundamentales de la existencia humana y que ha inquietado a los hombres de todas las épocas. Filósofos, religiosos o psicólogos..., y la mayoría de los seres humanos, se la han hecho y han intentado darle respuesta. Hoy en día sigue siendo una de las grandes preguntas que los seres humanos nos hacemos. Queremos saber quiénes somos, de dónde venimos y cuál es nuestro destino.
Cuando me pregunto ¿Quién soy yo? suelo responderme con la frase de Ortega y Gasset “Yo soy yo y mis circunstancias” a lo que añadiría “y además...soy un alma”.


Lo más probable es que si preguntamos a cualquier persona si sabe quién es, nos dirá que sí. La mayoría seguramente nos responderán diciendo su nombre, “Soy María”, “Soy Pablo”. Otros nos dirán en qué trabajan o a qué se dedican, “Soy médico” “Soy estudiante”. Algunos nos contestarán diciendo sus aficiones o gustos, “Soy una chica a aficionada a la lectura y al deporte” “Soy un hombre al que le gusta viajar”... Pero algo falta en cada una de esas respuestas para poder especificar que cada uno de nosotros somos diferentes al resto.

Tal y como afirmaba Ortega y Gasset creo que una respuesta que todos podemos dar a la pregunta ¿Quién soy yo? es que “Yo soy yo y mis circunstancias”. Cada uno de nosotros estamos fuertemente influenciado por las circunstancias: el lugar y la época en la que nacemos, la familia, el país, los amigos, las enfermedades, los éxitos, los fracasos... y el largo sin fin de acontecimientos que nos van sucediendo durante nuestra vida.
Pero a ese ser humano que soy sumado a mis circunstancias, hay algo más que hace que yo sea diferente de otra persona que pudiese tener un cuerpo y unas circunstancias como las mías. Para mí, esa diferencia es el alma.
Nunca os habéis preguntado ¿qué es lo que hace diferente a unos gemelos idénticos en su primera etapa de la vida? Físicamente son idénticos. Sus circunstancias al nacer son casi idénticas: mismo lugar y fecha de nacimiento, misma familia, misma situación social... ¿qué les diferencia? El alma.



La existencia del alma es una idea que ha estado presente siempre en la filosofía. Platón, Descartes o Kant, entre otros muchos filósofos de la historia, han expuesto sus teorías a cerca del alma. Cada uno de ellos ha argumentado sobre la idea de que el hombre no es un ser como los demás porque poseemos un alma racional, y por ello somos capaces de pensar, de razonar, de hacer planes y de cuestionarnos las cosas.

Así es que así que lo que parece una pregunta tan simple “¿quién soy?” no resulta tan sencilla de contestar. No obstante, cuando nos la hacemos podemos descubrir mucho sobre nuestra existencia y además nos ayuda a profundizar en nuestra vida interior. Cada persona está marcada por las cosas que le han pasado, pero no podemos limitar el hombre solo a sus experiencias, ya que además el hombre también tiene algo dentro de sí, que le hace único y le diferente de los demás, el alma que hace que sea de una determinada manera o que reaccione de una determinada forma a sus circunstancias. 

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