Laques es uno de los diálogos más importantes escritos por Platón durante su primera época (“diálogos de juventud”) o época socrática. En sus diálogos la discusión se centra en un tema ético que termina por enfrentar a los personajes.
Los personajes
Los personajes de este diálogo son Lisímaco, Melesías, Nicías, Laques y Sócrates.
Lisímaco y Melesías son hijos de personajes importantes de la política pero ellos no han hecho nada destacable en su vida y por ello se sienten avergonzados. Creen que sus padres no les exigieron ningún tipo de responsabilidad ni obligación y eso ha sido determinante en su vida. Ahora que ellos son padres tienen dudas de cuál es la educación más adecuada que deben dar a sus hijos para lograr que sean hombres virtuosos.
Nicias y Laques son dos generales de Atenas y personajes muy notables. Nicias había dirigido al ejército ateniense en varias batallas con coraje y dignidad. Laques era un general victorioso y un estadista ilustre. Lisímaco y Melesías les piden consejo a Nicias y Laques.
Platón incluye en el diálogo a su maestro Sócrates para aconsejar al resto de personajes en la discusión del tema que se plantean.
El argumento
Lisímaco y Melesías invitan a Nicias y Laques a dialogar sobre la mejor educación para sus hijos. Les piden consejo sobre la educación de sus hijos y les consultan sobre la conveniencia o no de que aprendan a luchar con las armas. Nicias piensa que es recomendable mientras que, por el contrario, Laques considera que no lo es.
Lisímaco propone que intervenga en la discusión el sabio Sócrates para tener una mayoría que de respuesta al problema. Sócrates critica de mano que soliciten su intervención por considerar que la decisión ha de ser la de la mayoría. Sócrates les dice que el principal objetivo de la educación es inculcar la virtud. Y para poder aconsejar cómo producir la virtud en los hijos hay que saber definir su significado, por ese motivo les pregunta: “¿qué es la virtud?” y más concretamente les pregunta por la parte que se refiere al valor.
Pero las definiciones de valor que dan los diferentes participantes son contradictorias. Laques dice que el valor consiste en mantenerse firme y no huir delante del enemigo. Luego lo define como la constancia. Por su parte, Nicias define el valor como la ciencia de las cosas que son de temer y de las que no lo son. Sócrates les va argumentando por qué cada una de sus definiciones son insuficientes e inadmisibles. El valor queda entonces sin ser definido por los participantes.
Laques es así, una de las obras de Platón en la que el tema que se plante queda sin una respuesta específica.
Mis reflexiones
El tema sobre el que discuten los personajes es la correcta educación de los hijos. Platón plantea que la educación ha de ir dirigida a conseguir la virtud y dentro de esta el valor. Para Platón para ser virtuosos debemos educarnos en lo intelectual (pensamiento), lo ético (comportamiento) y en lo físico (desarrollo corporal). Pero en el diálogo Platón, de forma intencionada, no da su opinión sobre qué es la virtud sino que hace que los personajes planteen sus opiniones y que Sócrates se las rebata con argumentos. Queda así abierta la conclusión y hace reflexionar al lector sobre el tema planteado.
El tema de la educación de los hijos es un tema de gran importancia a lo largo de la historia. Saber cómo orientar a los hijos durante la infancia y la adolescencia es una tarea fundamental de los padres. La educación influye de forma muy importante en el desarrollo de los hijos y en su futuro en todos los ámbitos y por eso siempre es un tema que genera dudas en los padres sobre cuál es la mejor forma de afrontarla.
Otro tema que también sale en el diálogo y me parece interesante es cuál es la opinión correcta ante un tema en el que se plantean varias posibles soluciones. Platón considera que lo que opina la mayoría no tiene por qué ser lo correcto sino que debe considerarse la opinión de quien tiene mayor conocimiento sobre el tema. Me parece una posición acertada pues en muchas ocasiones consideramos que la opción que piensa la mayoría es la opción correcta. Creo que considerar que lo que dice la mayoría o lo que se ha hecho siempre de determinada forma es lo mejor puede hacer que nos situemos en una posición cómoda frente a los problemas sin pensar que pueden tener diferentes soluciones a las que se plantean habitualmente.
Bien Verónica, buen post.
ResponderEliminarSaludos